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El cuidado de nuestra casa común es una de nuestras prioridades de JPIC (Justicia, Paz, Integridad de la Creación). La campaña refleja nuestra determinación común de adoptar un enfoque pragmático ante los desafíos medioambientales. ¡Plantemos! para reducir el impacto del cambio climático, para enriquecer la biodiversidad, para estabilizar el suelo... para dar inspiración a nuestros vecinos...
Cultivando la tierra tomamos conciencia de la naturaleza, de sus fuerzas, de esta poderosa fuente de vida que es nuestra y que queremos cuidar.
“Los árboles son un esfuerzo sin fin de la tierra para hablar con el cielo que escucha.” Tagore
Los árboles son la fuente de la vida. Aparecieron hace no menos de 370 millones de años y ayudaron a crear el aire que respiramos al “inhalar” dióxido de carbono, actuando como sumidero de carbono, y “exhalar” oxígeno.
La campaña se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, ODS 13 (Acción por el clima) y ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres). Plantando árboles, contribuimos activamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a aumentar la resiliencia frente a los desastres climáticos, así como a apoyar la conservación de los hábitats naturales, garantizando un planeta próspero para todos los seres vivos.
No se trata sólo de prever el futuro, sino de hacerlo posible, ¡únete a nuestra campaña!
Vínculos con el clima
El calentamiento global altera las estaciones, contribuye a sequías e inundaciones, altera el caudal de los ríos, provoca el deshielo de los glaciares y la subida del nivel del mar, y aumenta la intensidad de los huracanes y otros desastres “naturales”. Los árboles y bosques actuales desempeñan un papel vital en la regulación del clima al absorber dióxido de carbono. Los científicos estiman que los bosques – incluidos los árboles vivos, la madera muerta, la hojarasca y el suelo – contienen alrededor de un 50% más de carbono que la atmósfera. Cuando se destruyen los bosques, el carbono almacenado se libera a la atmósfera. De hecho, la deforestación representa alrededor del 20% del dióxido de carbono generado por la actividad humana, rivalizando con las emisiones de coches, camiones y aviones.